sábado, 23 de julio de 2011

Vocación perdida


La frustración creciente y que se manifiesta con las numerosas marchas de estudiantes de todo el país me ha hecho reflexionar sobre el origen de aquella frustración. Piden igualdad y educación de calidad. Para mi el problema va más allá, es más antiguo y profundo.



El Capitalismo nos obliga a vivir en un sistema de compra y venta. Debemos generar recursos para vivir trabajando en cargos que le sean útiles al mismo sistema. Ahí radica el problema, porque el poeta, el pintor, el músico e incluso el filósofo no son los cargos modelo para el sistema. Son bichos raros, impensados e imposibilitados de compararse con un abogado, ingeniero u otro.

Los sueños de niñez, los talentos artísticos y no artísticos, las habilidades que se escapan de lo normado por las escuelas regidas por un modelo absolutamente antiguo y atrasado. Nada de eso le sirve al sistema.

¿Que puede ser más frustrante que vivir y sobrevivir realizando un trabajo que no se acerca a lo que deseamos hacer cuando niños?

A todo esto se suma la desigualdad que le impide a un obrero obtener acceso a cultura y entretención más compleja o satisfactoria que la parrilla televisiva.

Incentivar los talentos y gustos de los niños mas que equilibrar sus capacidades nos permitirá que se desarrollen como personas felices e integras y no como seres frustrados desesperados por conseguir un éxito que no es para ellos, sino para el sistema.




Rodrigo Subiabre Cantin.